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domingo, septiembre 15, 2013

Los nostálgicos y obsoletos cassettes cumplen 50 años

Si bien este clásico formato de grabación tuvo su época de oro durante la década de los 80, su creación llegó bastante tiempo antes, un 13 de septiembre de 1963 de la mano de la firma Philips



Mucho antes de la música en streaming, los reproductores MP3 y los CDs, los jóvenes (y no tan jóvenes) escuchaban sus canciones favoritas usando casetes de audio compactos. Esta tecnología proporcionó incontables horas de satisfacción y también algunos disgustos a quienes tuvieron que lidiar con las cintas enrolladas en las cabezas de lectura de los reproductores. A pesar de esos pequeños malos momentos, estos dispositivos nos trajeron numerosas alegrías, y por eso deseamos celebrar el cincuenta aniversario de su lanzamiento, que tuvo lugar el 13 de septiembre de 1963 de la mano de Philips.

Los casetes crearon el primer mercado de audio portátil, y fueron además el soporte usado para compartir música pirata entre los adolescentes que no tenían dinero para adquirir los discos originales. Los casetes con mezclas de música personalizadas también consiguieron gran popularidad, al igual que las canciones grabadas de la radio, y hasta se convirtieron en un popular método de almacenamiento de software para ordenadores. A día de hoy todavía existen algunas compañías dedicadas a producirlos comercialmente, y hasta algún que otro juguete (como el Soundwave de arriba) nos recuerdan lo que este humilde formato magnético llegó a ser un su día.

¡Feliz cincuenta aniversario, casete!

viernes, septiembre 13, 2013

Los padres con testículos pequeños se implican más en el cuidado de sus hijos

Un estudio de la Universidad Emory (EE UU) basado en escáneres cerebrales indica que los hombres con menor volumen testicular están más implicados en los cuidados paternales. Según exponen los autores en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), el tamaño de las gónadas tiene que ver con la producción de testosterona, y esta con la energía que los machos invierten en la crianza.

"Estudios anteriores habían demostrado un vínculo entre una fuerte implicación del padre y niveles de testosterona bajos" explica el antropólogo James Rilling, uno de los autores del trabajo, en declaraciones a la agencia SINC. "Ahora hemos encontrado una relación con el tamaño de los testículos", añade.

En el trabajo participaron setenta padres biológicos de entre 21 y 43 años de edad, con hijos de uno y dos años. Empleando imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI), los investigadores, por un lado, cuantificaron el volumen de los órganos reproductores; y por otro, monitorizaron la actividad cerebral de los padres mientras observaban fotografías de su descendencia. Además, los voluntarios completaron una encuesta sobre su grado de participación en el cuidado de los hijos, con preguntas sobre actividades habituales como el acompañamiento de los niños al médico o la atención durante la noche. "Los resultados indican que los hombres con testículos más pequeños se involucran más en el cuidado infantil y además, al ver las fotos de su prole experimentan estímulos más fuertes en los circuitos del cerebro relacionados con la recompensa y la motivación", afirma el investigador.

Estudios previos habían demostrado que el tamaño de los testículos está ligado más fuertemente con la cantidad y calidad del esperma. Los autores creen que la relación entre el tamaño de los testículos y la actividad cerebral asociada al cuidado de los hijos sugiere un equilibrio entre apareamiento y crianza.

Existe una hipótesis evolutiva según la cual todos los organismos tienen una cantidad finita de energía para dedicar al esfuerzo reproductivo, que puede invertirse en la crianza de los hijos o en el apareamiento. Esta teoría sugiere que ambas actividades compiten, de manera que los hombres que dedican más energía a buscar oportunidades de apareamiento se quedan con menos fuerzas disponibles para cuidar de sus hijos, y viceversa. Los datos de otras especies sugieren que la frecuencia de apareamiento se relaciona positivamente con el tamaño de los testículos. Y en la misma línea, al disminuir sus niveles de testosterona, el macho minimiza esfuerzos por aparearse y los canaliza hacia la atención de la prole. 

Fuente: muyinteresante.es