El alcoholismo, enfermedad que sufre el protagonista de Leaving Las Vegas, es un síndrome que daña principalmente al hígado. ¿Qué sabe la ciencia de esta dependencia?
Nicolas Cage logró un Óscar gracias a su interpretación en Leaving Las Vegas, ya que bordó el papel sobre un hombre que sufre de alcoholismo. Siguiendo las ideas de la Biblioteca Nacional de Medicina, existe una diferencia clara entre el mero abuso del alcohol y el alcoholismo.Leaving Las Vegas fue una película estrenada en 1995 y dirigida por Mike Figgis. Protagonizada por Nicolas Cage y Elisabeth Shue, la obra narra la espiral autodestructiva en la que se mete el protagonista Ben Sanderson, tras perder su trabajo y romper su matrimonio.
En este segundo caso se observan claras muestras de adicción física al alcohol, tal y como podemos ver en la evolución de Nicolas Cage en Leaving Las Vegas. A pesar de que este alcoholismo conlleva problemas graves sobre la salud física, mental y las responsabilidades familiares, sociales o laborales, una persona alcohólica no puede controlar este abuso, de forma que el alcohol llega a controlar su vida.
Entre los síntomas asociados con el alcoholismo, se encuentran los conocidos lapsus de memoria después de beber compulsivamente, aquellos relacionados claramente con el síndrome de abstinencia, o el desarrollo de enfermedades como la hepatopatía alcohólica. Esta conlleva la inflamación del hígado, y en su fase final puede manifestarse en forma de cirrosis.
¿Qué es la cirrosis?
El alcohol es una sustancia tóxica, que afecta a diversos órganos y sistemas de nuestro organismo. Se absorbe mayoritariamente a nivel intestinal. De hecho, se calcula que el tiempo medio del proceso gástrico de absorción del etanol ronda los dos minutos. ¿Por qué afecta tanto el alcohol al hígado entonces?
El metabolismo del etanol se realiza mayoritariamente por oxidación, de forma que es transformado a acetaldehído. Debido a que normalmente el consumo de alcohol se da por vía oral, este proceso ocurre fundamentalmente en el hígado. En este órgano, la proteína más importante en este metabolismo es la alcohol
deshidrogenasa. Sin embargo, y a pesar de que el hígado es el órgano más importante, el etanol también puede ser metabolizado en el corazón, el estómago o el cerebro.
deshidrogenasa. Sin embargo, y a pesar de que el hígado es el órgano más importante, el etanol también puede ser metabolizado en el corazón, el estómago o el cerebro.
La cirrosis por tanto es provocada por un daño irreversible en el hígado. La causa más frecuente de esta enfermedad se debe de manera mayoritaria a la ingesta excesiva de alcohol. De hecho, según algunos datos, entre el 40-50% de los casos de cirrosis están provocados por el consumo de alcohol.
¿El alcoholismo tiene un componente genético?
Los últimos estudios realizados parecen indicar que el alcoholismo podría tener un riesgo genético importante. En esta revisión en Nature, hablan de que dos de los genes relacionados con el metabolismo del etanol, en particular el ADH1B and ALDH2, son los que están directamente implicados en ese cierto componente genético del que hablamos.
A pesar de que estos dos genes son los más 'famosos', existen más variantes genéticas relacionadas con el riesgo de sufrir alcoholismo. Algunas investigaciones han apuntado a genes como GABRA2, CHRM2, KCNJ6 o AUTS2 en esta posible predisposición genética a padecer esta dependencia.
La mayor parte de estudios que se llevan a cabo para relacionar la predisposición genética y el alcoholismo han realizado aproximaciones demasiado individualistas, de forma que se trataba de identificar un único gen candidato y relacionarlo con el desarrollo del alcoholismo. Sin embargo, trabajos como este publicado en Genome Biology, apuestan cada vez más por aceptar la componente genética de esta dependencia, pero desde una perspectiva global, como ppor otra parte ocurre en muchas más enfermedades.
No existen hasta ahora resultados concluyentes en las investigaciones en transcriptómica o en los estudios de asociación del genoma completo, más conocidos como GWAS. Pero sin duda, este tipo de aproximaciones serán las que en el futuro desvelen realmente el mapa de la conocida como genética del alcoholismo. Conocer los riesgos genéticos existentes ayudará a mejorar los mecanismos de prevención de esta dependencia, y evitar problemas como los que sufre el protagonista de Leaving Las Vegas.
Fuente: Alt1040.com
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