miércoles, abril 22, 2015

Varosha la ciudad perdida

La ciudad de Varosha es como una mixtura entre un hotel todo incluido frente al mar en una peli de los 70s, onda "Y..Yo le Clavo la Sombrilla!! y la escenografía de la misma peli hoy en día, olvidada a su suerte, luego del escaso éxito económico de la opera prima y la cancelación de la parte 2 de dicho bodrio estival.

En el horizonte el ambiente es sombrío, decadente, sepulcral, lleno de silencios envueltos en gritos ahogados de sufrimientos y sometimiento. Se puede ver un anuncio que no anuncio, si no "Grita" "Zona Prohibida" en 4 idiomas diferentes, es como algo irreal que es real.


















Nunca nadie ha podido ingresar (Oficialmente) en la "Zona Prohibida"

En esta ciudad solo veranean ahora las ratas y los reptiles, los edificios vacíos han sido saqueados, las carreteras al carecer de mantenimiento se fisuran bajo el sol y los edificios se descomponen en vida, se van cayendo a pedazos. La naturaleza esta recuperando sus lugares, el metal se corroe, las ventanas estallan y la naturaleza invaden las paredes y los pavimentos. Hasta un concesionario de coches todavía espera por los compradores de los flamantes modelos 1974.



















Famagusta fue el primer destino turístico en la isla, un sitio de elección de los más ricos de la época. Fue el hogar de 45.000 personas donde chipriotas, griegos y turcos trabajaban con pasión.Hubo la cantidad asombrosa de 36 hoteles en Famagusta, lo que equivalía al 50 % de las camas de hotel existentes en Chipre.

Los hoteles se construian como pan caliente para lograr mantener al día las demandas de un publico cada vez mayor. También Habian guarderias, galerias de arte, museos, bibliotecas, escuelas primarias y secundarias.

Famagusta fue también una ubicación geográfica ideal y se convirtió en una zona de gran importancia estrategica para los comerciantes de Europa y Medio Oriente. Un puerto muy activo que manejaba el 90% de las importaciones a la Isla y el 73% de las exportaciones de la misma, donde los productos agrícolas se exportan a todo el mundo. Agencias de bancos, seguros y de envíos abrieron y proliferaron para satisfacer las demandas de esta vibrante ciudad. Como es natural, se convirtió en un concurrido centro comercial donde las tiendas actuales, boutiques de moda, cines, discotecas y animados mercados fueron el epicentro de la vida cotidiana. El negocio iba en alza. 




Cuando en 1974 las fuerzas militares turcas invadieron Chipre, los griego-chipriotas que estaban en la parte norte de la isla fueron obligados a moverse al sur, y los turco-chipriotas del sur hacia el norte. Los griego-chipriotas que abandonaron Varosha huyeron de la invasión dejándo todos sus enseres atrás. Pensaban que volverían a sus casas en unos días. Pero los turcos vallaron la ciudad y prohibieron la entrada bajo pena de arresto, utilizando la zona como moneda de cambio para futuras negociaciones.

No hay ningún acuerdo a la vista sobre esta zona “muerta”. A raiz de la resolución de 1984 de Naciones Unidas, que dice que Varosha sólo podrá ser repoblada por sus antiguos habitantes (prácticamente griego-chipriotas en su totalidad), las autoridades turco-chipriotas tampoco abren la zona a su propia población. Si los griego-chipriotas hubieran aceptado en 2004 un plan de Naciones Unidas para reunificar la isla, los antiguos habitantes podrían haver vuelto a sus casas. Pero los griego-chipriotas votaron no, por lo que de momento Varosha continuará igual que en 1974, congelada en el tiempo. 





La razón por la que Varosha está abandonada se debe a la Resolución 550 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (tomada el 11 de mayo de 1984), que expone que “los intentos de asentamiento en cualquier parte de Varosha por cualquier persona que no sea sus habitantes es inadmisible”. Por lo tanto, las Fuerzas armadas de Turquía (TSK) no pueden repoblar el área que está bajo su control, lo que ha llevado a un abandono del distrito de Varosha.

La ausencia de población y, por tanto, de reparaciones, hace que los edificios se estén desmoronando poco a poco. La naturaleza está ganando terreno, el metal se corroe, las ventanas se rompen y las plantas extienden sus raíces en las paredes y el pavimento. También se han visto tortugas marinas desovando en sus playas desiertas. Los concesionarios están congelados con antiguos vehículos de 1974 y, años después de su abandono, hay gente que dice haber visto bombillas que aún brillan a través de las ventanas de los edificios vacíos.





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