viernes, junio 28, 2013

Un gerente de ti, atrévete a marcar la diferencia

Con el pasar de los años, mientras  más conocía a gente exitosa, mas me daba cuenta de lo que mi padre intentaba hacerme entender siempre que me hablaba de “dar lo mejor”, y nadie podrá dar lo mejor de sí mismo cuando lo que hace no le proporciona orgullo y satisfacción.
Aquí dejo algunas claves o tips que te ayudaran a elevar tu efectividad:



Se proactiv@
El proactivo no se detiene, visualiza el resultado de su acción mientras va tras el objetivo. Es imprescindible  tomar la iniciativa, querer hacerlo. Si te si te cuesta dar ese imprescindible paso, detente a pensar por un minuto lo que obtendrás tu si lo haces, el beneficio de hacerlo.

Pasión por lo que haces
No hay nada más aterrador que caer en la monotonía o, todavía peor, no ser capaz de ver mas allá de la rutina en lo que hacemos. Para mejorar cada día tienes que abrazar cada día como la primera vez, entusiásmate de tu trabajo cada mañana. Busca y detecta aquello que de verdad te apasiona.

Céntrate en lo pequeño
Buena parte del éxito reside en hacer muy bien las pequeñas cosas cotidianas. Muchas veces creemos erróneamente que lo pequeño no es lo esencial, solo lo que tiene una cierta magnitud lo es. Estampa toda tu ilusión y creatividad en algo pequeño, y la suma de esas cosas hará que lo que haga tenga mayor calidad.

Conoce tus aptitudes
Conviértete en un experto en las aplicaciones o herramientas que manejas a diario. Dominarlas por completo te ayudara a: terminar antes, porque serás más eficiente lo que hagas tendrá seguro más calidad, porque aprenderás como aplicar efectos más sorprendentes o utilizaras técnicas más avanzadas. Cuando conocemos nuestras herramientas, sus beneficios se convierten al servicio de nuestra creatividad.

Fíjate metas reales
Para mejorar cada día, hay que trazar objetivos, pero por encima de eso, es fundamental que sean reales, factibles. Muchas personas se derrumban por que se proponen metas inalcanzables. Recuerda, los rompecabezas se arman pieza por pieza.

No temas lo nuevo
Hacer algo de una forma invariable, todos los días del año, es pasaporte directo al país del hastió. ¡Justo lo contrario de lo que perseguimos! Prueba nuevas formas de hacer las cosas, aplicaciones, investiga un poco, cambia el orden en que haces tus tareas, el método. Trata de ser creativo con el modo en el que trabajas, en el modo de tratar a tu pareja, a tus hijos: es muy posible que consigas mejorar más y el resultado será mejor.

Saborea tu trabajo
Esto tiene mucho que ver con la pasión que le pones a lo que haces. No hay nada más injusto contigo mismo que hacer algo, hacerlo muy bien y ni siquiera saborearlo. El disfrutar tu trabajo, tu vida, tu familia, es la mejor recompensa que obtendrás. Si te animas a seguir mejorando, a aprender e innovar.

Visualiza tu éxito
De igual manera saborea los pequeños avances y sobre todo visualiza el éxito del proyecto a futuro, no importa si tarde meses en llegar. Recuerda, la excelencia requiere tiempo.

Disfruta de ti mismo
La satisfacción personal, la autoestima y la ilusión que te genera algo bien hecho, deben provocar que celebres por ti mismo. Muchos podremos motivarte, pero el primer paso debes darlo tú. ¡Atrévete a marcar la diferencia! Pon lo mejor de ti.


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